Deja sobre esta mesa la foto que me gustaba
Para pensar que tu sonrisa envejeció conmigo
Déjame tener tu mano una vez más en la mía
Para que pueda fotografiar así mi verdadero refugio

Deja la luz de la habitación encendida, la puerta entreabierta
La sábana arrugada aunque esté vacía
Deja la toalla en la mesa y la comida lista
Solo en mi voz no toques, yo mismo me silencio

Deja que el corazón hable lo que un día callé
Deja la casa sin ruido pensando que aún es temprano
Deja que nuestro amor muera sin gracia y sin poesía
Deja todo como está y si puedes, sin miedo

Deja todo lo que recuerde, yo finjo que olvido
Deja y cuando no vuelvas, finjo que no importa
Déjame ver si recuerdo una frase de efecto
Para decirte viéndote ir, cerrando detrás de la puerta

Deja lo que no sea urgente, que aún necesito
Deja mi mirada enferma posada en la mesa
Deja allí tu dirección, cualquier cosa aviso
Deja lo que fingiste llevar pero dejaste de sorpresa

Déjame llorar como nunca pude contigo
Déjame enfrentar el insomnio como un adulto
Déjame al menos una vez fingir que puedo
Si el adiós tarda, el dolor en el corazón se expande

Deja el disco en la vitrola para que piense que es fiesta
Deja el cajón cerrado para que no vea tu ausencia
Deja mi locura, es todo lo que me queda
Déjame poner a prueba toda mi resistencia

Déjame confesar mi miedo a la luz y a la oscuridad
Déjame contar que era farsa mi voz tranquila
Deja colgados los pantalones de mezclilla descoloridos
Que como este nuestro amor, al menor viento oscila

Déjame soñar que no tienes ninguna prisa
Deja un último mensaje en la casa vecina
Deja de sofismas y vamos a lo que interesa
Deja el dolor que te causé, ahora es todo mío

Deja todo lo que no dije pero tú sabías
Deja lo que callaste y yo tanto necesitaba
Deja lo que era inexistente y yo pensé que había
Deja todo lo que pedía pero pensé que daba

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