El Regalo de la Caapora

En la noche sin luna, entre árboles susurrantes,
María y sus hijos perdidos, temor agobiante,
Quira y Norino, abrazados en la oscuridad,
La voz de la Caapora resonaba en la penumbra.

Frutas silvestres, plátanos y agua cristalina,
La vida en la selva, una prueba divina,
Historias contadas para apaciguar el miedo,
Pero la sombra acechante, ¿era todo un enredo?

María, con manos temblorosas, un regalo hizo,
Humo en la rama alta, un acto de fe y hechizo,
La selva respondió, un sendero se reveló,
Pero la sombra inquietante aún los acechó.

Corrieron presos del pánico, el miedo los embargó,
La sombra rápida, entre árboles se esfumó,
Quira cayó, Norino y María en su ayuda,
La sombra desapareció, en la noche muda.

Regresaron a casa con la luz como refugio,
Pero la sombra en sus sueños, un presagio oscuro,
Desde entonces, no más selva sin compañía,
La Caapora y su sombra, una eterna melodía.

En la noche sin luna, el viento sigue susurrando,
María y sus hijos, al miedo enfrentando,
El regalo de la Caapora, entre leyenda y realidad,
En el bosque profundo, su historia quedará.