Se presentan mostrando sus heridas
y quedan para lamérselas en una oscura esquina,
sedientos del dolor y la pena
se cuentan problemas esa es su moneda.

Rompen la costra como desabrochan blusa,
así hacen la pena como amor
corriéndose en el llanto y el sudor de la lástima, el espanto
eyaculan las lágrimas, secan los ojos ahogándolos.

Cuerpos pegajosos en un colchón mojado
llenan la oquedad del pecho con suspiro y ramos,
de rosas de alma seca pero hermoso tallo.
Ya no florecen flores en el balcón de sus hermanos.

Busqué el silencio más íntimo
y encontré a la muerte.
Sus ojos, pozos negros,
me dijeron vente .
Prometieron paz a mi desdicha,
envidio de los cráneos, su blanca sonrisa,
la ausencia de prisa, no pasa el tiempo…
todo tan quieto, cuando estás muerto.
Tranquilidad sin estrés o sentimiento,
dame paz, amor. Eres mi verdad, parca y silencio .