La dulce damisela entró en la tienda del pintor, horripilantes cuadros se grabaron en su pupila

"Hay sonidos bajo la luna llena
que llenan tu mente cuando tú sueñas.
Sólo sé que siembran una nueva fe,
no te puedes esconder" dijo el pintor en su tienda
con orgías grotescas donde una extraña bestia
de una tez siniestra devoraba a un bebé
nacido de su piel. "Esos ojos tienen hambre"
dijo al ver el aquelarre del pintor aquel
la damisela bella que a la tienda entra,
luego dijo "píntame, te juro que pagaré
hoy quiero ser eterna, superior a toda guerra
por tu arte, por mi bien quiero tener el placer
de ser hoy obra tuya que me imbuyas en tu hacer de una paz altiva al verme por tu pincel".

"Tenemos un trato" dijo así muy calmo él,
"tengo que ir a un teatro para entregar un pez
con un cuerpo humano cercano a lo que escondes,
lo que diferencia a la mujer del hombre"
. Ella se ruboriza, roja como una fresa
o la sangre de compresa que tiró antes de ayer.
La robó un vampiro del cubo de la basura
pues estaba hambriento, así te lo cuento,
le dio calentura y siendo puro fuego
se hizo cenizas y está muerto de nuevo.

Volviendo al caso del hacedor de cuadros
la pintó desnuda, rodeada de nieve
por simular pureza, el frío trajo la muerte
y quedó su carne, fiambre e inerte.

Llegó la luna y con ella la locura
de los hijos que aúllan a su padre pintor,
La muerte precoz ayuda a su hambre atroz
manjar exquisito para un vástago feroz.

Jura por su vida "mis hijos no pasan hambre".

Jura por su vida "mis hijos no pasan hambre".

Jura por su vida "mis hijos no pasan hambre".

Bajo la luna llena se escucha a su linaje.