Mirando al cielo he visto más que luna y estrellas,
Tal vez un pequeño brillo para que no me perdiera,
Pensando en este día y como ha sido,
Haber puesto mi vida rumbo a tu camino.

Desde siempre has querido tenerme para ti,
Has buscado en mis labios la voluntad de un sí,
Y la entrega de quién mucho ha recibido,
Para que no me quede callado al borde del camino.

Pones luz a mis ojos para mirarte bien,
Aunque algunas otras veces no lo pueda entender,
Porque te escondes trás el disfraz de pobre,
Y te revistes de tu imagen de hombre.

Pon fuego a mis manos para calentar,
La frialdad que ha llenado nuestro caminar,
Que sea más que un inútil sentimentalismo,
Que me impide ver las cosas con todo realismo.

Para ver más allá de mi propio egoísmo,
Para vencer el miedo de andar comprometido,
Hay tanto por hacer y no hemos empezado,
Líbrame Señor de quedarme sentado,
Sin hacer nada.

Te disfrazas del anciano, del solo, el olvidado,
Te vistes como enfermo, de preso o despreciado
Y yo quiero servirte en lo que necesitas,
No solo con palabras que lleven la verdad.

Toca mis labios para hacer que ésta canción,
Fecunde más allá de la buena intención,
Que sea aliento al trabajo y llegue al corazón,
Que nos invite al servicio, amor con cada acción.

Pon fuego a mis manos para calentar,
La frialdad que ha llenado nuestro caminar,
Que sea más que un inútil sentimentalismo,
Que me impide ver las cosas con todo realismo.

Para ver más allá de mi propio egoísmo,
Para vencer el miedo de andar comprometido,
Hay tanto por hacer y no hemos empezado,
Líbrame Señor de quedarme sentado,
Sin hacer nada.