"¡Todos a cubierta, hemos encallado!" escuché al capitán gritar
"¡Exploren el barco, reemplacen al cocinero, que nadie salga con vida!"
A través de los estrechos, alrededor del Cabo de Hornos, ¿hasta dónde pueden volar los marineros?
Un camino torcido, nuestro curso torturado, y nadie quedó con vida

Navegamos hacia partes desconocidas para el hombre, donde los barcos vienen a morir
Ningún pico elevado, ni fortaleza audaz, podría igualar el ojo de nuestro capitán
En el séptimo día de mareo llegamos a nuestro puerto de escala
Una arena tan blanca, y un mar tan azul, ningún lugar mortal en absoluto

Disparamos el cañón, quemamos el mástil, y remamos desde el barco hasta la orilla
El capitán lloró, los marineros lloramos, nuestras lágrimas eran lágrimas de alegría
Ahora muchas lunas y muchos junios han pasado desde que llegamos a tierra
Un perro salado, el diario de este marinero, tu testigo mi propia mano

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