Controlaba lo insectos con un pensamiento lúcido
un infante habitante entre gigantes del mundo
Su casa entre árboles tiene patas de gallo
del tamaño de secuoyas. El hogar va caminando

y camina, esquiva la ruina entre su pasos
como si fuesen las piedras o una senda al cadalso.
Se columpia entre cuerpos muertos de humanos ahorcados
como atracción macabra de un parque olvidado.

Una gorda mosca, negra y grotesca
le grita tosca a la testa que gigantes son tiranos.
"Han hecho un imperio que dice a lo turbio, claro,
manteniendo a cada humano esclavo e infravalorado.

Alzate y anda, camina conmigo y llega
develemos el velo que os cubre ojos en la vereda,
¿su verdad? triste humareda de palabra vana enferma
que toma vuestra garganta y con tesón así la sella".

El infante miró a la mosca, ante ella se postra
El insecto le da el secreto de piedra angular.
"Ponte el amuleto, viajarás muy lejos, sal
fuera de esta tierra en la frontera de cierto lugar".

Hizo de piedra collar, se lo puso en el cuello,
bello elemento lo llevó a otro. terreno
chocando contra el mismo firmamento se presenta
en la torre más alta debajo de las estrellas.

El fantasma guardián le para,
allá en la torre alta
Mira al infante y señala
que sosa es su eterna guardia.

con valor ante el fantasma guardián
lo soborna con sal para su eternidad.
Abre la puerta y libera a la reina
bella, altiva y siniestra.
A los insectos gobierna.

Ella grita como fiera y así se apagó el sol,
Nube de insectos privan de luz y color,
toda vegetación se seca y queda yerma
mientras las bestias se infectan por insectos que segregan

debajo de la corteza de cada animal
huevos a punto de eclosionar.
El fin de la era del titán
destrucción masiva de un forma radical.

Los gigantes pierden
su campo y ganado
muerto de hambre se acerca uno llorando.
-Hijo mío, nos has condenado
en tu locura de creerte humano.