Voz Narrador:
El viajante cerró los ojos y comenzó el sueño.
Las puertas de lo onírico se abrieron en su mente y comprendió el lenguaje de las estrellas.
Voz en off:
-Ahora lo entiendo. La veo allá en el espacio.
-¿Los ves?

Voz Rap:

Vivía entre pétalos grises.
Tú, dama triste, supiste vivir el sueño.
Dentro del despierto mundo de enfermo veneno
de un insomnio extraño flotante en vacíos egos.

Llaves de puerta, neo-pensamiento
de aquellos que surcan lo onírico, su cielo.
Fuera de la medicina de pantallas ilusorias
donde dicen darte gloria por su explícito veneno.

Cerré los ojos y ví un mundo sin locos sin fin, sin tí.
Derribó murallas y percibió ruin.
Sus pupilas reflejaban al abismo,
un pánico intenso, miedo del “sí mismo”.

¡¡Mis ojos son suyos, criaturas de mundos infinitos
demiurgo encerrado en su propio latido!!
Ama a su hermana Nocte, crea voces sin sentido
a los habitantes del cosmos que le adoran, ser divino.

Dios carente, das suspiros,
crear te mantiene vivo,
tejes realidad en hilos…
Multiversos en vestidos.

El ser se vuelve ente como el cantar cantante
pero la esencia sin estancia no es nada para nadie.

¿De qué sirve, dios divino
que crees entre suspiros
si esta obra que son hijos
no los cuidas en tu olvido?

Tal pensamiento fue un texto sin montaña
que se desnudó al viento, mostró toda su entraña.
Por miedo a su ausencia levantaron las iglesias
donde los devotos rezan hasta el fin de la existencia ( culto a Doxen).
Otros adoraron emociones ( culto a Keretsma)
hasta volverse locos en gritos aterradores.

Esclavos del impulso
dicen “verdad “ a “locura”
también “luz” a la “penumbra”
“confort” a lo “paupérrimo”.

A la empatía se tornaron escépticos
mientras, hablando de amor, crearon sus clérigos.
Demiurgo formó entonces a Reyes Divinos
para controlar el caos que brotaba vespertino.

Pero atardeció muy tarde, comenzó así revuelta.
Un delgado fauno declaró así la guerra.
Tormenta de tambores mientras sangran los dolores
del horror entre olores de putrefacción, hedores.

De derrota sin victoria sólo despotrican la muerte.
hechizos de mil brujos, la divinidad vencen.
Cayeron los divinos monarcas y se fragmentan
ese extraño planeta que fue su propia tierra.

Voz Narrador:

Rompieron la tierra, su mundo y su cosmos.

Lo veo allá en el espacio, flotando.

Voz en off:

Flotantes cuerpos yertos en frío vacío
dieron luz a la flor grisácea de la dama del inicio.
Eterna durmiente dentro de un verso infinito
que siempre será libre pues nunca fue escrito.