Cierra los ojos
chí podrás verme
En la oscuridad perturbarte platillo exquisito de la muerte
Hoy tiene un gran apetito y espera intolerante, tan impaciente como siempre
Su bocado preferido, tu alma benevolente
Cierra los ojos más fuerte
Y escucha el crujir de su quijada devorando tu mente
Indulgente, para nada
Se divisa tu voluntad decadente
Insuficiente satisfacer con almas tan inocentes
Bienvenida, vamos a la maldición de esta gente
Inquietante funebre escalofrío que te hará chocar los dientes
Espera no temas, disfruta como te quemas
El placer de las llamas consumiendo tu calma hasta que no puedas
Y al final, que tu ser se quebrante
La luz por fin se apagué y corra en ti fría la sangre
cunque la superficie viva no comprenderás lo que hay adentro
chí sabrás lo que es estar vivo, pero muerto.