Qué loco, no?
Abrir la puerta y verte ahí parada
después de darle muerte a la confianza,
hoy vuelves como si nada.
Qué loco, no?
Parece que fue ayer que tropezabas
y que a un abrazo ajeno te entregabas…
Y yo en casa, te esperaba.

Pero la vida siempre da revancha
y todo aquí en la Tierra se paga.
Por eso, ¡perdón!
No te puedo atender
porque ahora, solo, no estoy.

Ya es tarde.
El tren ya pasó
y otro amor se subió.
Ya es tarde!
No diste valor
a quien tanto te amó.
Tarde, muy tarde!
Por eso es mejor
que te diga adiós.