Ya conocía su aroma y su tacto,
la última vez que la vi me sedujo y me dijo que no me alejara en el curso del acto, hicimos un pacto, ella llega y se marcha, me deja en el alma una capa de escarcha,
provoca desequilibrio que mi alivio se tambalea si me deja el labial como mancha,

Mucha charla, a mí no me gusta decirle de más cuando noto que invade mi cancha,
prefiero marcarla en mi lista con tacha,
que sepa que no me maneja o controla la vida cuando lo pretende a sus anchas,
se hinchan sus manos y pinchan mi poca esperanza,

Que yo era un cabrón, poco recíproca y sin ilusión,
y así me quité algunos gramos de odio hacia mí, para regalarle mi atención,
dudé si podía complacerla, no le gusta perder el sabor,
herví mi corteza en su llanto perdiendo el encanto de como demuestra su amor,

Me invitó con deseo a su habitación,
era un coliseo mi palpitación,
sólo sudaban mis manos,
detuvo mi corazón,

Plan A fallido, sólo un estallido, me dijo ""querido""
la miraba herido, en el limbo perdido,
sin pudor ni ruido, todos los que fui están escondidos,
en un cajón repleto de olvido,

Si una vez le di la libertad,
de que dejara de pensarme si me voy con alguien más,
fue sólo por saciar su hambre de celos y desvelos,
de mirarme por la puerta sin poder ver hacia atrás,

Y hoy que estoy, ¿dónde?
en un rincón de tu cuerpo,
mi, punto de quiebre es mi soledad,
y es donde mejor me encuentro,

Sus labios en mi boca, noches frías poca ropa,
sólo la nota, que le daba luz a esta vida loca,
me seducía su aroma, mírame ahora, logré tocar el cielo,
tomé las riendas papito sigo en el juego,

Yo no me enredo, en este amor pasajero, efímero,
que renacía cada primero,
quién diría que todo se acabaría,
que la historia que escribimos ya jamás se contaría,

Que te quise con el alma y lo sabías,
hoy dejo atrás a esta loca que sólo amarte sabía,
sólo quedan recuerdos,
de todas las veces que me llevo al cielo,

Su perfume su pelo, que ahora debo llevar sólo en mi pecho,
las ganas de tenerlo se sentía con el derecho,
una historia más, todo fue tan real,
un amor que jamás volverás a encontrar.

Y hoy que estoy, ¿dónde?
en un rincón de tu cuerpo,
mi, punto de quiebre es mi soledad,
y es donde mejor me encuentro,

Sus labios en mi boca, noches frías poca ropa,
sólo la nota, que le daba luz a esta vida loca,
me seducía su aroma, mírame ahora, logré tocar el cielo,
tomé las riendas papito sigo en el juego.