Si ves un árbol, no le hables,
si encontrás viento, no le des conversación,
a las montañas no les murmures
hasta que vengan a hablarte a vos.

Si encontrás agua, tu boca cerrá,
no despertés al pastizal nombrándolo,
no le inventés nombre a una flor
hasta que te pronuncien a vos.

Dejá de hablar, no quiero ver lo que haces
ni dónde andarás.
Dejá al silencio que se mueva
sin que creas que lo dirigirás.

Si ves un árbol, no le hables,
si encontrás tiempo déjalo en paz,
si el aire frena, no lo corrás
hasta que el viento te encuentre a vos.

Dejá de hablar, no quiero ver lo que haces
ni dónde andarás.
Dejá al silencio que se mueva
sin que creas que lo dirigirás.

Te estás por ir a dormir, quizás,
y despertás tu interna fatalidad.

Dejá de hablar, no quiero ver lo que haces
ni dónde andarás.
Dejá al silencio que se mueva
sin que creas que lo dirigirás.