Escucho en tu voz,
mientras te oigo decirme,
cosas hirientes
que me hacen partir,

la angustia que sangra
y vive latente
un desamor, que presente,
aún te hace sufrir.

Elegiste de niña
llenarte del filo
de gente vacía
que pudiste evitar

Y por eso es que lloras
cuando vuelve a tu mente
que un espejo no miente
y se ve al maquillar,

en tus ojos, que negro,
solo leen lo que espanta,
porque el miedo en tu espalda
te habla de soledad.

Y te castigas tiñendo
cada parte del cuerpo,
con la tinta imborrable
que te hirió el corazón.
Y así cubres los claros
que aún viven en tu alma
y crees que al taparlos
diluirás el dolor.


Tu historia me llega
y así elijo quererte,
pero ya no hay más suerte
que tener que soltar.

Y alejar de mi boca
esa lengua caliente
que de tanto besada
ya no es más que un puñal.

Elegiste de niña
llenarte del filo
de gente vacía
que pudiste evitar

Y por eso es que lloras
cuando vuelve a tu mente
que un espejo no miente
y se ve al maquillar,

en tus ojos, que negro,
solo leen lo que espanta,
porque el miedo en tu espalda
te habla de soledad.

Y te castigas tiñendo
cada parte del cuerpo,
con la tinta imborrable
que te hirió el corazón.
Y así cubres los claros
que aún viven en tu alma
porque crees que al taparlos
porque crees que al borrarlos
porque crees que negando
podrás vivir mejor