Parece que hemos llegado al borde, ese cenit donde los estímulos y el coma colisionan.
Hace cuarenta años, el hombre proclamó que la era de lo grotesco estaba sobre nosotros, y aunque el hombre estaba destruyendo nuestro patrimonio e insultando nuestra inteligencia,
Esa era se ha vuelto muy real.
Trabajamos por placer y aborrecemos la culpa de la presión.
Mi generación pasará a la historia como los arquitectos del disgusto contemporáneo.
Algunos han luchado y muerto.
Otros han permitido que los fuertes sean masacrados por un precio que ellos mismos no les importa y nunca entenderán.
Yo mismo estoy acosado por la cara egoísta de un tipo de hombre que no es humanidad.
Desconfianza en la información.
Fundamentalismo de opinión.
Aburrimiento catastrófico y una devoción fanática a lo que no importa.
¿Dónde está tu gloria ahora, gente?
¿Dónde están tus dioses y políticos?
¿Dónde está tu vergüenza y salvación?
Te enfureces sin razón porque no tienes razón.

¿Por qué has luchado alguna vez?
¿Por qué has sangrado alguna vez?
La faz de la tierra está marcada por los muertos vivientes.
La era de lo grotesco es un virus viviente.
Este es el futuro que has creado.
Este es el mundo que has incendiado.
Todas tus mentiras se están haciendo realidad.
Toda libertad está perdida.
Toda esperanza se ha ido.

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