En el regazo húmedo, oscuro del templo
La sombra era fría, llena de incienso
El ángel descendió como cada noche
Para enseñarme una nueva oración
Luego de repente me soltó las manos
Y mis brazos se convirtieron en alas
Cuando me preguntó, "¿Conoces el verano?"
Yo por un día, por un momento
Corrí a ver el color del viento

Realmente volamos sobre las casas
Más allá de las puertas, los huertos, las calles
Luego nos deslizamos entre valles florecidos
Donde el olivo abraza a la vid
Descendimos allí donde el día se pierde
Buscándose solo escondido entre el verde
Y él habló como cuando se reza
Y al final de cada oración
Contaba una vértebra de mi espalda

Las largas sombras de los sacerdotes
Encerraron el sueño en un círculo de voces
Con las alas de antes pensé en escapar
Pero el brazo estaba desnudo y no supo volar
Luego vi al ángel transformarse en cometa
Y los rostros severos se convirtieron en piedra
Sus brazos perfiles de ramas
En los gestos inmóviles de otra vida
Hojas las manos, espinas los dedos

Voces de la calle, ruidos de gente
Me robaron del sueño para devolverme al presente
La imagen se desvaneció, el color se apagó
Pero el eco lejano de breves palabras
Repetía la extraña oración de un ángel
Donde quizás era un sueño, pero no era sueño
"Lo llamarán hijo de Dios"
Palabras confusas en mi mente
Desvanecidas en un sueño, pero impresas en el vientre

Y la palabra ya agotada
Se disolvió en llanto
Pero el miedo de los labios
Se recogió en los ojos
Semi cerrados en el gesto
De una calma aparente
Que se consume en la espera
De una mirada indulgente
Y tú suavemente posaste los dedos
En el borde de su frente
Los viejos cuando acarician
Tienen miedo de hacerlo demasiado fuerte

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