Siniestra poesía la madre que muere
Del cáncer de mama que la invade
Perversa ironía, que el puñal se nutra
En la savia de los tiernos días

Todos somos hijos, madres de dos pechos
Dentro de su ser creció energía.
Amenaza oscura que la mano atente
En la misma fuente de la vida.

Capas de sangre mezcladas con limo
Confían que el cloro purificará
Aunque destilen todos sus caminos
La mancha oscura siempre llegará

Al umbral del día, tierno e indefenso
Vi brotar de allí mi alimento
Tenebroso espejo, cálido asesino
Reflejando el último destino

La naturaleza, que antes fue peligro
Rodeaba al hombre en resistencia
Hoy ya sometida, fabril mercancía
Se alza como tierra primitiva.

Limpia sus culpas con agua del río
Confía en murallas que lo encauzarán
Por más que luchen contra su destino
Las aguas turbias se las bebe el mar

Viciado verdugo, con su cruel veneno
Civilización que es escarmiento
Saturado espacio de infecundo objeto
Desolado y yermo gris desierto

Negado el entorno, en el mismo todo
Que enmascara a la temible nada
Saturado en gritos, que han encandilado
Al unísono hasta el silencio

Capas de sangre mezcladas con limo
Confían que el cloro purificará
Aunque destilen todos sus caminos
La mancha oscura siempre llegará
Limpia sus culpas con agua del río
Confía en murallas que lo encauzarán
Por más que luchen contra su destino
Las aguas turbias se las bebe el mar