Lo que fue un paisaje hoy es pura arena
Frondoso es el desierto
Lo que ayer certeza, hoy ya me enajena
Todo se me hace incierto...

Me topo con sequía en lo que fue un oasis
Siento áspera la glotis
La sed me induce estados de éxtasis
Cuyos espejismos me nublan la psiquis

Quisiera que siquiera se fuera la polvera
Que en mí ya no siguiera
Pero ella me espera en cada deglución
Provocando un fricción severa

Mi garganta raspa de lo reseca
Ansío una borrasca que caiga fresca
Es tanta la sequía, mi jarra hueca
Y aún así con fé camino hacia mi meca

Secas están mis comisuras
En ellas se ven fisuras
Mi sed es ausencia de lujuria
¿Dónde hallaré agua pura?

Mi anhelo es penetrar en la humedad
Para así calmar mi ansiedad en la otredad
Y hasta no encontrar la saciedad
Esta nimiedad se me hará una enfermedad

Es locura, irracional
La psique me exige una terapia pasional
Y por mi bien mental
El desfogue carnal será fundamental para paliar tal mal

Sin cuerpo la mente no da aval
Es por eso que imploro un manantial
Mi sed es corporal, y el líquido vital
Es el fuego sensual

A pesar de mi libido árida
No olvido qué es lo plácido
No he perdido la pulsión ávida
Pero hace tanto no he bebido

Tengo sed de fémina
De humedad en sábanas
Quiero volver a donde la vida germina
A la vagina de una samaritana

Mi boca peregrina suplica por un cántaro
Por un cálido amparo
Mi labio es el de Tántalo
Y el que un roce se le haga raro, mi Tártaro

Sequía es en mi tacto una tensión
Cuya acumulación clama liberación
A su vez, mi sed es obsesión
Por la contención de esa sensación

Es la manifestación de mi pasión...