Por mucho tiempo yo me alejé,
dejando mucho que entrever.
La avaricia y el deseo de tener
Consumió toda mi vida y mi ser.

Sin hacerme consciente a mi padre abandoné
poniendo mi presente y futuro al revés.
Mis sueños y anhelos mitigué,
como también mis ansias de vencer.

Vencido, caído, enterrado y apartado,
las espaldas de mi gente me fueron presentando.
Sentía como un vacío inmenso, vacío del tamaño de un Dios disperso
el cual se había convertido en dinero, mujeres, lujuria y deseos.
En dirección equivocada mi brújula hacia la muerte me llevaba.

Durmiendo en la calle, ahogado en el deseo,
comiendo con los cerdos y gastando mi dinero.
Me vi desconsolado, solo y triste, ni sé todavía cómo fue que lo hice.
Arrastré, pisoteé, maltraté la esperanza de algún día volver a casa.
La incertidumbre de si me recibirían, la decepción tan grande
que dejé con mi huida.

Coro
De vuelta a casa y con su perdón.
De vuelta a casa y sin condición.
De vuelta a casa para siempre y con su amor.

Equidistante, variante (ah), delirante,
confundí la libertad con libertinaje.
El exceso era mi carruaje el cual me llevaba a la codicia y al desmadre.
Hasta que un día yo comprendí
que mi vida valía más que el mal vivir
por eso yo a casa volví, expectante del amor del Padre recibir.

Con brazos abiertos y el corazón dispuesto,
mi Padre con urgencia corrió hacia mi pecho.
Mi corazón volvió a latir, su mirada la cual me hizo revivir.
Sin dudas su amor me abrazó, y la esperanza en mí
resurgió. Desde entonces no he vuelto a dudar,
de su amor, perdón y verdad.

Mi hijo que estaba perdido ha sido encontrado.
Mi hijo que había muerto con la vida se ha cruzado.
Hagamos una fiesta en su nombre, su comida preferida
tráiganle a este hombre.

Dignificado, levantado, a la vida ha regresado
ya su pasado ha sido superado.
¿Cuántos más en la vida andan perdidos?
Acojamos con amor al afligido.

Coro
De vuelta a casa y con su perdón.
De vuelta a casa y sin condición.
De vuelta a casa para siempre y con su amor.

El hermano mayor celoso y angustiado,
no entendía cómo su padre había perdonado.
Cómo muchas veces tú y yo, nos cuesta extenderle la mano
al que ha caído, oprimido y que a casa ha regresado porque la esperanza había abandonado.
Abramos la consciencia y aceptemos al hermano
este es el tiempo de sanar el pasado.

No hay tiempo para talar más el árbol caído,
sembremos esperanza en aquel que está dolido.
Esto es una historia de redención, no te enfoques tanto en la perdición.
Nunca es tarde para volver casa, las puertas abiertas de par en par están,
Él siempre esperará por ti, aunque nueva vez te vea partir.

Él siempre esperará por ti, aunque nueva vez,
aunque nueva vez te vea partir…

Coro
He vuelto a casa y con su perdón.
He vuelto a casa y sin condición.
He vuelto a casa para siempre y con su amor.