El Tuerto Agustín.
Paisano en segundo grado
creció entre cuentos bien inventados
que lo inspiraron.

A repartir
relatos y poesía
coplas, panfletos en melodías
a viejos y guaguas.

Y se amañó
buscando el filo y la comba al palo
metiendo ofrenda y denuncia al canto
con su fina y agreste lírica
ingeniosa y típica.

Y se nombró
del burro al tigre, del palo al ruido
del circo al ruedo de nuestros tiempos
con su atenta y precisa crónica
fotos históricas.

Para cuestionar
para construir
senda y memoria.

El tuerto Agustín
vive en su loma que sabe a sueños
tiene a la negra que a diario le enseña
como enfocar.

Y al despertar
cada mañana, bien tempranito
pule y afina el guión escrito
antes que el mono.

Asoma en luz.
Arepa en mano mira la vuelta
señala el don y la irreverencia
de superhéroes escarabajos
indios y vándalos.

El Agustín
no hizo drama por recobrar
su cuenta que alguno le dio por robar
en el mercado de la informática
pasó la página.

Solo pensó
hacer, crear
crear y andar.

De vereda, montaña y sol
de verdades y corazón
hecho de leña, el tuerto las canta
vida, candela y amor.

De vereda, montaña y sol
de verdades y corazón
hecho de leña, el tuerto las canta
vida, candela y amor.

De vereda, montaña y sol
de verdades y corazón
hecho de leña, el tuerto las canta
vida, candela y amor.

De vereda, montaña y sol
de verdades y corazón
todo el pueblo se baila y celebra el ritual
con la fuerza de su canción.

De vereda, montaña y sol…..