DE TOULOUSE A CUENCA


Francia fue la cuna de tu vida,
de tu vida y de tu vocación;
y Toulouse, un pueblo bendecido,
pues, allí esta obra comenzó.
Eduviges, desde muy pequeña,
Dios tocaba ya tu corazón,
para ser obrera de su viña
y para vivir una misión.


/DE TOULOUSE A CUENCA,

UN DÍA, TU SUEÑO LLEGÓ;

Y, DE CUENCA A AMÉRICA,

TU OBRA SE EXTENDIÓ/.

Tu carisma de ser portadoras
de la luz de Cristo y la Verdad,
de servir al pobre y al enfermo
y alumbrar en toda oscuridad.
A la juventud le abrió un camino
de esperanza y de fraternidad,
le mostró las huellas del Maestro
que es, de todas, la mejor opción.

Hoy, como ayer, promovemos la vida,
portamos la luz, la luz que es Jesucristo,
nuestra única luz; así como Eduviges
entre los niños ciegos, allá en Toulouse
y en todo lugar, servimos a los pobres, brindamos amor, llevamos esperanza, predicamos la Verdad, vivimos la misión
en las periferias, en la educación, a todo nivel. Somos Dominicas de la Inmaculada,
seguimos a Jesús, como Domingo de Guzmán. Antorchas encendidas, siempre queremos ser, anunciando por el mundo la Verdad y la fe, profetas de Dios, hasta el final, como Eduviges Portalet.