Ah, ah, ah
Espíritu divino tu aliento me estremece,
Tu presencia sutil entre los hombres se desplaza.
El tiempo en Dios nunca se da en vano,
Efímera la belleza humana se marchita con desgana.
Mas la belleza del Señor refleja vida eterna.
Envejecer no es el fin,
Es transformación en Ti,
Admirable es Tu sabiduría
Que regalas al hombre.
Como canto de golondrinas
Que alegran la tarde,
Como viaje sin retorno,
Como sueño con Tu mañana.
Todo cobra sentido en Ti,
Dios que tanto amor nos regala.
Pétalos bañados en dulce miel celestial,
Misterios que en la locura humana se pierden.
Hombres delirantes, añejos y solitarios,
Solo Tu Espíritu trasciende
Como profundo océano.
Los sabores de una vida
Que los querubines envuelven con gracia y bendición divina.
No se engañe el hombre con su poder pasajero,
Solo Tú, Dios omnipotente,
Ostentas el verdadero poder.
Si el hombre no fuera arrogante como puede serlo,
El mundo sería caos y desolación,
Si entre nosotros no estuviera Tu amor.
El Gran Dios creador, nos prodiga gracia eterna.
Oh Dios, Tu amor es la luz que guía nuestra senda,
En Ti encontramos paz y fortaleza sin medida.
Renueva en nosotros el espíritu de humildad,
Que vivamos para glorificar Tu santo nombre.
Oh, Padre Celestial bendita es tu presencia.
Envejecer no es el fin,
Es transformación en Ti,
Admirable es Tu sabiduría
Que regalas al hombre.
Como canto de golondrinas
Que alegran la tarde,
Como viaje sin retorno,
Como sueño con Tu mañana.
Todo cobra sentido en Ti,
Dios que tanto amor nos regala.
Oh, Padre Celestial bendita es tu presencia. Oh, oh, oh