L fin justifica los miedos
Pues la extinción de lo que amamos es lo que tememos
Si tú mueres, yo muero, conmoriencia emocional,
hay quien te mira como si te conociera de otra vida

Vivimos en el mar, nos ahogamos en la gran ciudad
por algún principio de Arquímedes
El peso de la responsabilidad, hace desbordar
El fluido psíquico de nuestros límites

Calculo cada verso que me sale de los labios,
y mido su excelsitud en stepanskios.
Con tanta tensión se multiplican los faradios
chica, tildas mi epitafio

En el cielo de tu boca hallé un artesonado
mudéjar, que no deja escapar mis sueños dorados,
con tu sonrisa se genera un lucernario,
te sigo amando, bruja, aunque se pudra el calendario.

Viajo por el tiempo sin destino
cruzando las paredes de su intestino
Mientras la luz devora el campo y yo lastro pautas
que me impiden la ingravidez del astronauta
Indago sobre pistas de lo inenarrable
el desapego al borde de un desastre controlable
La tierra es tu madre, su útero es el mar
para renacer solo has de nadar

(Estribillo)

Hay entre tanta, burda mentira
Un grupo selecto de éstas aceptadas como verdad (cultura)
Son las que aguantan, tus formas de vida (y nosotros)
Somos los hijos de los libros que no pudisteis quemar