Cuando quise sorprenderte ya no estabas.
Quede solo y vos ya no me mirabas.
Cuando la tristeza aguarda en un rincón, hay que abrazarla.
Tenia tantas cosas que decirte,
Que tarde que era, que mal que estabas.
Cuando la tristeza aguarda en un rincón, hay que abrazarla.
Era todo tan secreto que no sabía ni donde estaba.
Ni en el amanecer encontraba lo que buscaba.
Cuando la tristeza aguarda en un rincón,
hay que abrazarla.
Que tonto yo, que tonta vos
y una presencia entro en el cuarto.
Me di vuelta y mire el enorme espacio al que me enfrentaba.
Estaba al mismo tiempo admirado y emocionado.
Cuando la tristeza aguarda en un rincón, hay que abrazarla.
Cuando la tristeza aguarda en un rincón, hay que abrazarla.
Cuando la tristeza aguarda en un rincón, hay que abrazarla.
Cuando la tristeza aguarda en un rincón, hay que abrazarla.