Hace tanto que no llueve, hace tanto que la luz tras tu mirada me condenó.
Veo esta calle tan vacía, veo entes que caminan y en sus pasos pierdo mi voz.
Y en mi cálida mañana el olor que me recuerda que tras mí no quedó nada.
Ya no soy yo. No estoy llorando, ya no soy yo.

Hace tanto que lo niego, pero el frio no da tregua y ahora viene reclamando mi corazón.
Tras la ciudad yo me oculto día tras día en la espera de lo que fue, lo que pudo y nunca será.
Y en mi cálida mañana el olor que me recuerda que tras mí no quedó nada.
Ya no soy yo. No estoy llorando, ya no soy yo.

Hace tanto que lo niego, pero el frio no da tregua y ahora viene reclamando tu corazón.