Tu no esperes que la llama en la que un día mi sentimiento ardió
Resurja entre fría ceniza con el vigor con que en leño creció.

La flor que es cortada sin cuidado de su tallo sangrante en agonía
no resurge nueva flor de igual tamaña, ni renacerá botón al otro día.

La flor que es cortada sin cuidado de su tallo sangrante en agonía
no resurge nueva flor de igual tamaña, ni renacerá botón al otro día.

Tan solo queda un tallo cercenado y una herida que el tiempo cicatriza
Que con paños de agua tibio no se cura ni devuelve su pasada lozanía.

No esperes que una efímera disculpa devuelva de mi ser la decepción.
No esperes que deje que repitas deslealtad después de mi perdón.

No esperes, no esperes, no esperes de mi nada mejor.