Estás perdiendo el tiempo, no lo dejás pasar.
Estás buceando en un charco sin cauce,
sin fondo, sin rebocar.

Las paredes de tu casa no te contienen más.
Te dicen cosas horribles del día y la noche,
y la gente hace gestos extraños de cal.
Todo ha quemado la sal.

Yo ayer tramaba un refugio contra la soledad.
Hurgando entre mis papeles y planos
busqué con ingenuidad
material para las vigas, y cuerda para atar.
Y todo estaba mojado, manchado de tinta corrida.

En el barro brilla un gran puñal,
su hoja es de cristal.
Y la luna derrama su gas
en la grupa de los perros.

No escuches más a lo blanco, su olor te matará.
Preferiría verte negro como la pena de Soledad.
Ella se ha vuelto caballo, está buscando el mar.
Se ha purgado de toda esperanza y recuerdo y es libre ya.

En la calle ruge un gran motor.
Imposible es escapar.
De los autos aprendé el ardor idiota que te falta.

Estás perdiendo el tiempo, no lo dejás pasar.
Estás perdiendo el pelo y las cosas que ya no necesitás.