No, no soy, no soy Maria Yudina
No tengo un revólver en el fondo de mi bolso, ni una clave de fa
Y sin embargo, y sin embargo, oigo los martillos
Tan a menudo, tan a menudo allí en el piano

No, no soy, no soy Maria Yudina

No tengo una rapsodia, ni una sinfonía en la punta de mis dedos
Y oigo, y oigo golpear los martillos
Tan a menudo, tan a menudo allí en el piano

No, no soy, no soy Maria Yudina
No, no soy, no soy Maria Yudina

Solo, el ojo de la noche, o tal vez el destino
Que ha elegido, que la protege, que la sumerge en este hechizo
En otra vida o todas sus mañanas
La audacia se levanta y lucha
La fuga está allí en la punta de los dedos

No, no soy, no soy Maria Yudina
Del misterio con dientes de hierro
Siempre la primera en mantener la fe

Y oigo, y oigo golpear los martillos
Los acentos resistentes gracias a su piano

Y oigo, y oigo golpear los martillos
Los acentos resistentes gracias a su piano

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