En febrero por fin te dejo ir, esperando que entiendas que lo intenté.
Perdóname por ser como un volcán, que ha explotado y está desarmado.
En febrero no quiero saber porque, como un árbol ya me he secado.
Hay silencios que lastiman más que el dolor de aceptarlo que no fuimos oro ni sol.

No fui el único al que robaste el corazón y en un suspiro me haces sentir como un error.
En febrero te suelto sin vuelta atrás, en febrero me rindo no puedo más.

Fuimos todo, fuimos uno en esta dimensión, nuestras almas se fundieron en cada habitación.
Y en la guerra entre el corazón y la razón se termina lastimándonos y sin un adiós.
No fui el único al que robaste el corazón y en un suspiro me haces sentir como un error.
En febrero las madrugas no tienen fin, en febrero como un cobarde te dejo ir.