Hace mucho
mis pies no tocan
la espuma salada del mar.

Recuerdo mi cuerpo
tendido en la arena
secando tristezas al sol.

Había olvidado
que tengo el poder
de cantando viajar y volver.

Que te echo de menos al atardecer
y en tus brazos me quiero mecer.

Curioso que tenga el caribe en mi sangre
pero yo nunca fui muy fan
de los rayos del sol quemándome la piel
y el sonido del viento soplando al compás
de los ruidos, la gente y tambores
que bailan y bailan hasta no dar más.
Pero estando tan lejos de todo
en un día cualquiera me puse a extrañar
sentarme en la orilla de la playa
a no hacer nada más que no sea respirar
el olor que desprende la arena
cuando con las algas se pone a bailar,
las olitas que forman figuras
que son como nubes cubiertas de sal,
y quitarme el calor con agua cristalina
y sentirme otra vez
sirena tropical.


Había olvidado
que tengo el poder
de cantando viajar y volver.