Desde el principio del tiempo, tu luz ha brillado,
En cada batalla ganada, tu esencia ha perdurado.
El viento lleva tu nombre, a través de la eternidad,
Eres el eco constante, que nunca se detendrá.
Las estrellas se alinean, para ver tu caminar,
El universo te sigue, no te puedes parar.
Eres eterna, nada te puede detener,
Cada paso que das, deja huella al renacer.
Tu fuerza es un río que no tiene fin,
En cada rincón del mundo, tu legado vivirá en mí.
Tus raíces son profundas, en la tierra y en el mar,
Desde los tiempos antiguos, nada te puede quebrar.
El cielo se inclina, ante tu presencia fiel,
Porque eres eterna, en la historia y en la piel.
El tiempo se arrodilla, ante tu inmensidad,
Eres la llama viva, que nunca se apagará.
Eres eterna, nada te puede detener,
Cada paso que das, deja huella al renacer.
Tu fuerza es un río que no tiene fin,
En cada rincón del mundo, tu legado vivirá en mí.
Vivirá en mí.
Y aunque los años pasen, y el mundo cambie su piel,
Tu espíritu indomable, siempre se mantendrá en pie.
No hay sombra que te alcance, ni tormenta que te venza,
Eres eterna, en cada vida, en cada esencia.
Eres eterna, nada te puede detener,
Cada paso que das, deja huella al renacer.
Tu fuerza es un río que no tiene fin,
En cada rincón del mundo, tu legado vivirá en mí.
Vivirá en mí.
Vivirá en mí.