Flores marchitas se secan en labios,
La violencia solo grita en silencio,
Los errores me irritan y me extravío,
Es la esencia bendita del universo,
Humano respeta al árbol sabio,
Descendencia palpita del comienzo,
En los colores de tu aura me extravío,
Aviones que tiritan en descenso,
Sensoriales sentidos que narro,
Arrojados radio luz a un incendio,
Y pienso, en que son muy sabios,
Los que se alejan de todo el comercio,
La dispersión, siempre es necesario,
Para varios que viven tan tensos,
Tercios en los ojos y en los labios,
A los amargados con los que converso,
Con la intención de todos los horarios,
Están agobiados con poca diversión,
Van manejados por todos los diarios,
Que comen comentarios de los indefensos,
¿Quién soñará un mundo imaginario?,
Mirando el armario el mundo es inmenso, inmenso..

Y pensar qué, la madre tierra nos pario,
Porque así lo quiso el universo, el universo…