La noche es negra, sin luna
El aire es denso y quieto
Los vigilantes se reúnen
En la solitaria colina iluminada por antorchas

Rasgos distorsionados en la luz parpadeante
Rostros retorcidos y grotescos
Silenciosos y severos en la noche sofocante
La multitud se mueve como poseída por demonios
Tranquilos en conciencia, seguros de su derecho
Confiados en que sus caminos son los mejores

Oh
Oh
Los justos se levantan
Con ojos ardientes
De odio y mala voluntad
Locos alimentados por el miedo y las mentiras
Para golpear, quemar y matar

Dicen que hay extraños que nos amenazan
Nuestros inmigrantes e infieles
Dicen que hay rarezas que nos ponen en peligro
En nuestros teatros y estanterías de librerías
Que aquellos que saben lo que es mejor para nosotros
Deben levantarse y salvarnos de nosotros mismos

Rápidos para juzgar
Rápidos para enojarse
Lentos para entender
La ignorancia y el prejuicio
Y el miedo caminan de la mano

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