Bienvenido a nuestra secta sanguinaria de adoración
Siéntete como en casa en nuestro conventículo negro
Mientras anatematizamos
A todos aquellos que nos oponen.
No invoques al diablo,
No llames a los sacerdotes
Si necesitas la fuerza,
¡El conjuro, obedece!
¡Mira! las llamas se elevan
Desde los puntos cardinales de la brújula
Quema el aceite sagrado,
Y con las cenizas te ungirás
Organiza los símbolos
Del mago y el mago.
Enciende las velas,
Coloca el papel pergamino en posición
Entre sus hojas coloca
La pestaña de un ojo de gato negro,
Una paja de una escoba,
Dobla, quema y centraliza.
No invoques al diablo,
No llames a los sacerdotes
Si necesitas la fuerza,
El conjuro.
Soy el abogado del diablo
Un vendedor, si quieres.
Conoces mi nombre.
Conocí a tu padre hace años
Le di lo que le complacería.
Llamó mi nombre, harás lo mismo.
Estoy reclamando lo que es mío por derecho
Es hora de cerrar el trato.
Estás comprado y vendido, comprado y vendido.
Ven y únete a mí en mis profundidades infernales,
El Salón de la Fama de Mefisto
Tengo tu alma, tengo tu alma.
El conjuro. ¡Obedece!

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