El día no ha amanecido pero eso no cambia nada
Las paredes están condenadas a no ver ninguna mañana
Solo hay una luz tenue sobre el frío del azulejo
Y el miedo que te hiela, te aplasta y te devasta

Cuando eso sucede
Cuando estamos allí
Entonces sabemos
No hay un hombre que haya nacido para eso
No hay un hombre que haya nacido para eso
No hay un hombre
No hay un hombre que haya nacido para eso

Gritos en el pasillo, el rostro entre las manos
Contamos la eternidad de tener los mismos mañanas
Nos sentimos solos y sucios, sin valor alguno
Como en el fondo de una bodega cuando sabemos del naufragio

Cuando eso sucede
Cuando estamos allí
Entonces sabemos
No hay un hombre que haya nacido para eso
No hay un hombre que haya nacido para eso
No hay un hombre
No hay un hombre que haya nacido para eso
Que haya nacido para eso

La noche no ha amanecido pero eso no cambia nada
La vida está condenada a no esperar nada más
Y esos días que tachamos
O que deciden por ti
¿Salimos iguales o más sabios o más locos?
O más sabios o más locos
O más sabios o más locos
O más sabios o más locos

No hay un hombre que haya nacido para eso
No hay un hombre que haya nacido para eso
No hay un hombre, no hay un hombre
No hay un hombre que haya nacido para eso
Que haya nacido para eso
No hay un hombre
No, no hay un hombre que haya nacido para eso

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