En tiempo 'e carestía hay que esperar y racionar.
Entiendes, cara mía, que soy bastante irracional,
que ese culto 'e devolver ya es casi devocional,
y que el impulso de volver no debería de emocionarnos.
La idea nos va a devorar:
que no sentirnos culpables no es por falta de moral,
pero el asimilarlo es otro tanto a demorar,
sobre azoras del Corán o en un tango de Morán.
Tu cuento, en luz y tono, un literal Decamerón.
Tus barco es lusitano: el litoral de Camerún.
Me atrapa el encanto que tu voz deja a la trova,
la trampa de tu canto es una cruz de Calatrava.
De crédulo a creyente, y de tu falda devoto,
mi médula 'e poder está en tu falta de voto.
¿Será que sí estás mal y que sólo yo lo noto?
No puedo consentir en lo que te perdono otro.
Sabes que no te delato.
Del fondo del olvido crece tu flor de loto.
Esa maña de adorarte es un blasfemo delito.
Si no hallas qué ponerte, nos ponemos de luto.
Perder a la mala para darlo todo,
por dar a la mala hasta cada latido.
Y los sueños iban de rotos a menos,
en busca de vida en los ratos amenos.
En las malas poca fe, no hay ruego sin funciones.
En la sala no hay café cuando bebes infusiones.
Disuelvo lo que es nuestro y derrito confuciones,
soy más de los ancestros y de ritos confucianos.
Escribo en palimpsesto sobre libros de Cervantes,
Poseo este manifiesto equilibro de ser de antes.
A los mapas de tu cuerpo no les conocí defecto,
tuve que trazar algunos para hacerlos de facto.
La ausencia me hace falta,
el camino 'e los relojes atraviesa el asfalto.
Estamos en trance, esperando el adviento.
Mi lengua es romance y la corto si miento.
Guárdate en el diario ese coraje de verme
y en un relicario to's los viajes de Verne.
Te veo más airada y hasta más diferente.
Tú mírame al pasado cuando estemos de frente.
Perder a la mala para darlo todo,
por dar a la mala hasta cada latido.
Y los sueños iban de rotos a menos,
en busca de vida en los ratos amenos.