Tu bien sabes que el destino

nos juntó de alguna forma,

aunque cada quien tuviera

su pasado, sus historias.

Al final nos encontramos

como piedras en un río,

como nubes que se tocan,

tú en tu mundo, yo en el mío.



Y es que estamos conectados

yo no sé por cuantos hilos;

es por eso aunque te marches

yo también iré contigo.

Ya no importa donde vayas,

estamos hechos de lo mismo;

y aunque suene a paradoja,

ni te extraño, ni te olvido.



Que toda la luz del mundo

se derrame de tus ojos;

que se te abran los caminos

y lo que toques lo hagas oro

Que el amor construya un templo

en honor a tu persona

y la luna, con sus rayos,

te vista otra vez de novia



Porque aquí donde estuviste

me creció un campo de flores,

que me da toda la paz

que regaste con amores.

No tendría como pagar

tu ternura, tus favores,

nos veremos algún día,

donde quieras, sin rencores.