Una noche fría

mientras estaban todos en la mesa

Levantó el pan y el vino

y en su cuerpo y su sangre los transformó.

Se estaba preparando

para lo que pasaría luego

Uno lo traicionaría,

y el que lo negaría sería por miedo.

Había llegado el día.

Tenía que pasar

Encerrar al Mesías

y al ladrón soltar.

Estaba destinado.

Dios así lo quiso.

Entregó a su hijo.

Para salvarnos

de nuestros pecados librarnos.

Por eso fue…


Crucificado, entregado.

Por un beso vendido

fue clavado en una cruz.

Y por treinta monedas fue…

Traicionado, flagelado

Y lo único que hizo

fue llamarse Jesús.

Y esa tarde el cielo lloró.

Y el cielo lloró.


Corona de espinas en su frente

cual burla indolente.

Su espalda rasgada totalmente,

acción incongruente.

A nadie ofendió, a nadie mató,

a nadie asaltó.

Lo culpaban porque el evangelio

al pueblo predicó.


Herodes se burlaba

y luego Pilato sus manos lavaba

Mientras preguntaba,

¿eres tú el mesías

del que se hablaba?

Mientras los miraba,

Jesús su respuesta le daba.

Para eso he nacido.

Para al mundo he venido.


Para dar testimonio

de la verdad a la humanidad

Y todo el que me escuche al hablar

se pueda salvar.

Y los sacerdotes al verle

comenzaron a gritarle,

Pilato, ¡Crucificadle! ¡Crucificadle!

Y siguieron diciendo que según ley

y por Jesús mentir

La pena que le correspondía

era la de morir.

Porque según ellos se aprovechó

de que el pueblo escuchaba su voz.

Para cometer el gran pecado

de llamarse hijo de Dios.


Y lo hicieron caminar

con la cruz a cuestas

Mientras se burlaban,

mientras lo golpeaban.


Crucificado, entregado.

Por un beso vendido

fue clavado en una cruz.

Y por treinta monedas fue…

Traicionado, flagelado

Y lo único que hizo

fue llamarse Jesús.

Y esa tarde el cielo lloró.

Y el cielo lloró.