Tres de la mañana te volviste a despertar
Miras el reloj junto al vaso de cristal
Sabes que hoy es tan solo un día más
Y esperas en silencio mientras la noche se va.

Otro par de horas se suicidan en tu afán
Por encontrar las ganas que dejaste unos días atrás y
Piensas bien tu jugada de ajedrez
Y el plan se te evapora como el humo en tu café.

Caminas arrastrando los zapatos en el corredor
Te miras al espejo preguntándote ¿Quién diablos soy?
Respiras otra vez resistiéndote al dolor
Y cruzas por la puerta con tu máscara de falso dios.

Avanzas con el peso de un deseo sin cumplir
Y te destroza el alma ese letrero de “pobre infeliz”
Enciendes un cigarro por el lado equivocado
Luego escupes fuego y pensamientos perturbados.

Ya sientes el aroma del final de un largo día
El humo te confunde y se dilatan tus pupilas
Tienes puesto el antifaz de perdedor
Y vuelves al principio donde todo comenzó.

El tiempo se te escapa y no lo puedes alcanzar
Los días son más cortos, pero sientes una eternidad
Prefieres andar solo que estar mal acompañado
Así te has convertido en tu propio desterrado.

Avanzan los segundos, los minutos y las sombras
Se mueven como espíritus que viven de las sobras
La dirección que tomes ya no importa, da lo mismo
Solo quieres esconderte en la miseria del olvido.

Parece que existir se ha convertido en tu rutina
Respiras, comes duermes y te metes porquerías
Ya no tienes nada más para ofrecer
No te puedes tragar lo que no puedes morder.

Ya sientes el aroma del final de un largo día
El humo te confunde y se dilatan tus pupilas
Tienes puesto el antifaz de perdedor
Y vuelves al principio donde todo comenzó.

Otro par de horas se suicidan en tu afán
Ahogando los minutos en el vaso de cristal
Respiras otra vez y te comes tu dolor
Y vuelves al principio donde todo comenzó.