Yo que me vi nacer,
sin saber pronunciar,
veo lo que nadie ve…

No sé lo que está bien, no sé lo que está mal.
Me aburrí de perder y dejarles ganar.
Piensa que pa’ volver, primero hay que escapar.
Ya nada es como ayer, mañana será igual.

Yo que me vi nacer, sin saber pronunciar,
veo lo que nadie ve… Odio y amor, deidad.
Yo que quería poder, hoy tengo soledad.
Las cosas no están bien, lleva once años igual.

Si he aprendido a vaciarme por dentro,
follarte rápido y morir lento, lo sabes bien.
Sonriendo pero nunca contento,
nadie me ha arrebatado ese puesto, no ha nacido quien.

Duermo con dos mujeres y me siento solo,
siento no tener nada y lo he tenido todo.
Que me amen cien mil no vale si yo no lo hago.
Bailo en cristales rotos con los pies de plomo.

Siento que este dolor no me pertenece,
que viene y me lastima cuando le apetece.
He pensado en matarme docenas de veces,
he intentado morir más de lo que parece.

Y sigo sin saber quienes son
los mismos que me juzgan y me dicen cómo debería ser yo.
Pero antes de que pierda el control,
que todo lo que hice, lo hice por mi, esto nunca fue por amor.

Si lo rompo yo, nadie va arreglarlo,
será por eso que me siento solo.
No sé que busco aunque voy a encontrarlo.
La luna aborrece el llanto del lobo.

Y si te preguntan por mi en el parque,
diles que vivo un sueño fuera de su alcance,
que recuerden la indiferencia que había antes
cuando tenían que darnos de comer aparte.

He aprendido a disimular esta cara de pena
pero por más que sonría me delatan las ojeras.
Tan hasta el cuello de lidiar con millones de problemas,
estoy mal por no quererme, no porque tu no me quieras.

Por mucho que aprecies mi cicatriz no me verás sangrar.
Destinado a ser mi peor enemigo.
Alejo todo lo que amo de mi, reconozco el final.
Soy luz entre la oscuridad.
Malvenidos.