Arte, gracias por dejarme expresarte.

Canal de la emoción, pa contraerme y desplegarte.

Darme el tiempo de conocerme pa aceptarme y concederme el hábito de amarte.

Sabido que: “Amor es una ilusión que se crea en dúos, de pasión y devoción. Es ideal si es que actúo sin temor ni rencor, para que vean mi estatus quo. Mi bemol y tenor en corcheas acentúo”.

Con su ritmo en equilibro solo continúo somos lo mismo en cuerpos distintos, ambos suertudos por confiar en otros signos.

Así me adecúo y descubro el autor del libro que en ti, conceptúo.

No existe un momento perfecto ni hora idónea para escribir textos en completa parsimonia.

De repente llega esa idea inspiradora que hace nexo, así que atento a los que nos rodea.

Desde pequeño que observo.

La memoria se encarga de guardar entre recuerdos mis historias del comienzo, voy siguiendo la trayectoria con ascenso y descenso en sucesión aleatoria.

Ellos dan curva al movimiento, necesario complemento para cruzar la puerta giratoria.
Sí bro, hay equilibrio en el centro. Me desconcentro de Babilonia así mi libro queda abierto.

Casi me libro de todo pretexto. ¿Victoria?

Ni un pensamiento se obvia sin un cimiento.

Es como vidrio el conocimiento cuando explora y viene directo de tu corazón latiendo.

Sin fobia.

Nada me asusta, menos el tiempo.

Ni euforia.

Todo me gusta pero a su tiempo.

Sí, sin odiar.

Con amor propio resulta esto y como ramificación arbórea llega a todo el resto.