Mi alma amiga, la luz que me guía.
Hoy quiero pedirte perdón. Siempre fui yo la que se enojo sin razón, la que no supo tener compasión.

Parecía más la antagonista, la que te hacía llover la carita. La que rompió una sonrisa tan linda.

Siempre lista para el enfrentamiento. Tan injusto cómo ver un león pelear con un conejo. Vos tan dulce como un caramelo, yo tan fría como el hielo, los dos pensando que solo con querernos íbamos a alcanzar el cielo.

La antítesis de tu sonrisas, la que no dejaba de quejarse ningún solo día.
Todavía no sé qué en mí vos veías.
Tan triste pensar lo que te dolía.

Cuando me detengo a pensar las cosas que te hice pasar solo puedo sentarme a llorar. No hay palabras para manifestar lo arrepentida que mi conciencia hoy está.

Quiero que sepas siempre tuviste razón. Tuve que detenerme a escuchar un poquito más tu voz
Que con hermosas melodías contaba lo que sentía.
Y aunque mucho me querías, sabías que llegaría el día que tu manito soltaría.
Pero no te puedo dejar, no todavía.
Si vos me lo pedís yo me quedaría a tu lado toda la vida.
Pero como una amiga lo que antes me pedías, pero en una dosis más chiquita.

Sin lejos me necesitas, lejos me voy a quedar.
Ya no te voy a lastimar. Espero no dolerte más.

Nunca te olvides de lo que sos, no hay nadie como vos. Tan brillante como el sol, tan hermoso como el amanecer. Aunque intenten darte el brazo a torcer, solo vos sabés lo que vales.