Llego silbando a la estación,
la tarde está tan rara,
yo necesito ver el sol,
borrar de a poco mi historial
hasta que no haya nada,
dejar en blanco el corazón

Entre mis manos un papel,
un viaje sin escalas,
me lleva hasta ningún lugar,
siento tu sombra en el andén,
mejor me vuelvo a casa,
ya estoy cansado de esperar

Salgo a la calle y ahí están,
miro a la esquina y nunca nada cambia.

De tanto andar me acostumbré
a hablar con mis fantasmas,
seguir sus pasos me hace bien,
el cielo se abre para mí,
mis dudas están claras,
me cuesta tanto verme así.

Los pibes en la plaza,

el barrio es una trampa,
nadie escapa.