El duende de la macha
Me está tinqueando el pecho
Retumban chacareras
Mi madre está en el cielo.

Rasgueando un escondido
Pensando en su sonrisa
Perfume de mi infancia
Mi viejita querida.

Yerbeado y pan tostado
Meneando su cintura
Al ritmo de mansero
Brindaba su cultura.

Querida madre mía
En el cielo me espera
Mis lágrimas cosecho
Para cuando te vea.

Humildad y sencillez
Regalo de sus actos
Sus manos extendidas
Brindando su regazo.

Esposa y buen amiga
Así se la conoce
Estirpe santiagueña

De corazón muy noble

Mi viejita querida
Yo vivo en tu sonrisa
Caprichos de la vida
Que te convierte en brisa.