No va a pagar la completa'
si puede escapar y volar la cometa. Después de manchar su libreta,
sube al balcón a tocar la trompeta.
Y en todo el barrio se escucha el eco, los gatos se acercan a ver qué pasa,
la luna al sol le va haciendo hueco
y en un recoveco de la plaza
yace, tendido, un hombre dormido, recuperando el sueño perdido.
Estuvo dando vueltas al nido,
hasta que harto del ruido, hoy ha salido.
Persianas que el tiempo araña,
ya de mañana, como pestañas,
se abren al mundo que las empaña,
que promete y engaña, pero se baña
la juventud en la fuente, salpicando a la gente
que pasa con barras de pan caliente.
Escribe un viernes, en la pizarra que nadie atiende: qué bien que cambie el ambiente,
que esta frecuencia conecte
la mano tendida al siguiente verano
con la primavera presente.
De repente rueda el balón, comienza el partido. No tiene plan ni clan ni bandera,
pero cuando resuena un cristal partido
gritan: quién ha sido? y sale a la carrera...
Quema el sol que brilla en mí, ya pasó la cartera.
Dejó un mensaje, lo tengo aquí para aquel que lo quiera.
Viene del sur y habla de amor, de estar atento y darle valor. Estaba dentro de una lavadora, dándole vueltas a todas horas...
Pero quema el sol que brilla en mí, ya pasó la cartera.
Dejó un mensaje, lo tengo aquí, para aquella que lo quiera.
Viene del sur y habla de amor, le queda bien cualquier color.
En su paleta eligió el violeta,
cierra la maleta y arranca el motor.
Pasa por casa y no prueba bocado,
el tiempo se escapa y no hay nada hablado.
Baja de nuevo, sentado en la bici,
para en la fuente a besar a piscis.
Cambia de calle, tuerce en la esquina,
pica al colega y se asoma su prima,
le dice: ya se ha marchado,
le he visto enfilar la cuesta, camino al mercado.
De vuelta al sillín, y sí que cuesta,
a la hora en que la sombra se acuesta.
El pueblo dormido, no hay voz de protesta, pero cerca del espigón
ya se oye la fiesta del mar y las rocas, gaviotas al viento, la orilla es un escalón que baja hasta el centro del corazón: verbena de arena y salazón.
Donde va el viento hoy siento que es mi lugar,
el centro del mundo en un pedazo de mar.
Castillos de arena que caen,
yo vine aquí a jugar, a imaginar, no a poner en duda...
Quema el sol que brilla en mí, ya pasó la cartera.
Dejó un mensaje, lo tengo aquí para aquel que lo quiera.
Viene del sur y habla de amor, de estar atento y darle valor. Estaba dentro de una lavadora, dándole vueltas a todas horas...
Pero quema el sol que brilla en mí, ya pasó la cartera.
Dejó un mensaje, lo tengo aquí, para aquella que lo quiera.
Viene del sur y habla de amor,
le queda bien cualquier color.
En su paleta eligió el violeta,
cierra la maleta y arranca el motor.
Cierra la maleta, arranca el motor. Gira la veleta el viento del sur. Acampa a la vera de un árbol en flor,
esperando a que pase el Tour, a que pase el verano,
a que pases tú.
Quema el sol que brilla en mí, ya pasó la cartera.
Dejó un mensaje, lo tengo aquí para aquel que lo quiera.
Viene del sur y habla de amor, de estar atento y darle valor. Estaba dentro de una lavadora, dándole vueltas a todas horas...
Pero quema el sol que brilla en mí, ya pasó la cartera.
Dejó un mensaje, lo tengo aquí, para aquella que lo quiera.
Viene del sur y habla de amor,
le queda bien cualquier color.
En su paleta eligió el violeta,
cierra la maleta y arranca el motor.